miércoles, 8 de agosto de 2007

Cuentacuentos (18)

Frase de Sharon.

Le escuché en silencio porque escupir aquella historia parecía costarle demasiado.
Estaba cansado, o al menos a mí me dio esa sensación, pero aún así él continuaba hablando. Me contaba lo curiosa que es la vida, cómo no vemos las cosas que tenemos delante hasta que, por causas que escapan a nuestro entendimiento, ya es demasiado tarde para ponerle remedio.

Mientras hablaba le observaba, parecía estar tan cansado… No podría explicarlo con palabras pero estaba tan cambiado… realmente parecía una persona totalmente distinta, y es que estaba tan triste que apenas podía articular palabra. No quería perder ni un solo detalle de su discurso, ya que sabía que estaba siendo especialmente difícil para él confesar todo aquello.

Le notaba intranquilo, como si supiera que hasta entonces había algo que no funcionaba del todo, como si se arrepintiera de no haber dicho todo aquello antes, mucho antes. Sentía su afecto y su cariño, pero también su miedo y su impotencia ante esa nueva situación que irremediablemente tendría que aceptar tarde o temprano.

Sin embargo, se resistía a admitir que esa conversación había llegado demasiado tarde. En principio, nada de lo que dijera o hiciera iba a cambiar nada ya, pero para él era un asunto pendiente que debía solucionar para poder seguir adelante.

Yo escuchaba pacientemente y no podía evitar dejar caer alguna que otra lágrima por mi pálido rostro. No podía creer muchas de las cosas que salían por su boca pero… ¿por qué me iba a mentir ahora? No tenía sentido, ya no.

Sus últimas palabras para mí fueron:

Lo siento, siento haber sido tan cobarde como para no decirte esto antes, no he sabido admitir todo esto a tiempo. Ahora es demasiado tarde, ya nada puede cambiar lo sucedido. ¿Podrás perdonarme algún día? No lo olvides, te quiero.

Y, tras estas palabras, se fue. Ahora la que se sentía impotente era yo, no podía decirle que no había nada que perdonar, que yo había hecho exactamente lo mismo y que yo también le quería, le quería muchísimo.

Lo cierto es que aún le quiero, pero he de dejar que siga con su vida y que sea feliz, aunque sea junto a otra chica. No era mi intención hacerlo, quería estar por siempre a su lado, pero aquella tarde comprendí que tenía que ser así mientras observaba como se alejaba lentamente de mi tumba.

Días como el de hoy te hacen pensar en lo que realmente importa, en que vale más decir las cosas y demostrarlas que lamentarse después… el “a mí no me va a pasar” no vale nada, porque las cosas pasan y a veces tocan cerca… y piensas qué pasaría si te tocaran todavía más cerca, porque no es la primera vez que pasa algo así y por desgracia no va a ser la última y puede que algún día te toque a ti… Si no se nos olvidara todo tan pronto después… :(

9 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho. No me esperaba que ella estuviese muerta, la verdad.

    Y con respecto a lo último... pues tienes razón, pero qué rápido se nos olvida una vez pasa el mal trago.

    Salu2

    ResponderEliminar
  2. A mi tb me ha gustado mucho. Creí que renunciaba a él, tampoco pense en que podía estar muerta. Salu2.

    ResponderEliminar
  3. Pues me uno a mis compañeros anteriores, de echo pensé que él era el que estaba muerto.

    Desde luego es una pena que tenga que pasar algo para que se dign las cosas o te des cuenta de lo que realmente importa.

    besitos

    ResponderEliminar
  4. Me ha encantado, la verdad. También pensé que era él el muerto, ya ves... nos has dejado a todos anonadados con el final.

    Sigue así.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Sabes la de palabras con que llenaría este recuadro xanina.
    Tu relato es de una calidad tal que nos queda reflejada en el instante en llegamos al final.
    Me alegro muy mucho de que dieras el paso y escribieras. Ah y el clik hecho añicos :)
    Un abrazo fuerte

    ResponderEliminar
  6. Hola Cris!

    Me ha gustado mucho tu relato,me tenías en ascuas...y bueno no me esperaba que la muerte estuviese metida...

    Un besote!

    ResponderEliminar
  7. El final de la historia me ha dejado muy rota, pero la postdata más todavía... :S
    Y es que hace que la historia sea mucho más real, que duela incluso más...

    P.D. Y ya no te digo nada más, porque total... ¡nunca te lo crees! :P

    Besotes y aplausos doña gruñona! ;)

    ResponderEliminar
  8. Pues yo la verdad es que no esperaba ninguna muerte la verdad... ni del uno ni del otro... Me has dejado con a boca abierta y el corazón roto con ese final tan inesperado.

    Uf que triste niña, muy bien contado sí, tanto que me has llegado.

    Y sí, todo nos puede pasar, todo. Parece que no, que para algunas cosas somos intocables pero no, luego esas cosas vienen de repente y pillan desprevenido. No somos intocables, aunque ojalá lo fuéramos la verdad.

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  9. Ciertamente tu relato está plagado de verdades pero es tan, tan díficil decir las cosas a tiempo que siempre dejamos todo para mañana.

    Cuando lo más fácil sería no pararse a discutir, no pararse a poner malas caras, sino intentar ser felices y decir lo que se siente en cada momento. Porque la vida es más corta de lo que pensamos.

    Muy, muy buen relato.

    Un abrazo enorme.

    ResponderEliminar