miércoles, 15 de agosto de 2007

Cuentacuentos (19)

Frase de María.


Imagen: sodahead.com

Nada más despertar, se gira y lo descubre a su lado. Sonríe, no puede evitar hacerlo, esto es exactamente lo que desea desde hace tiempo, demasiado tiempo.

Atrás quedan esos días de flirteos, que existieron aunque ella nunca lo admitió, los comentarios de los demás, los mensajes cifrados que sólo ellos dos entendían… todo eso formaba parte del pasado, su pasado.

Mientras observa como duerme plácidamente, recorre cada centímetro de su piel acercando su mano suavemente, sin tocarle, dibujando a su vez la silueta con la que tantas veces había soñado. Tiene miedo de despertarle, o de despertarse ella misma tal vez, y por eso se niega el privilegio de tocar su tan deseada piel.

Recuerda las conversaciones que duraban horas y horas, las tonterías que podían llegar a decirse el uno al otro, las canciones que ambos escuchaban, los libros que se recomendaban… recuerda mientras él duerme aparentemente ajeno a todo lo que no sean sus sueños. “¿Estará soñando conmigo?” – fantasea mientras acerca su mano a los labios con los que ella sí que ha soñado cientos de veces desde que lo conoce.

Se aparta… casi consigue olvidarse del miedo que la persigue constantemente y no deja que vea con claridad lo que tiene delante, lo que para todos es más que evidente desde hace ya unos años. “¿Y si no tenía otro sitio para dormir?” – no deja de darle vueltas a esa idea, su mente no puede asimilar lo que está pasando y se niega a creer que él está ahí por amor a ella, eso no puede ser así, tiene que haber alguna otra razón, sí, ha de existir una explicación lógica.

Pasa el tiempo pensando en como empezó todo aquello. Dos meses antes le habían propuesto ir a una especie de fiesta, a una reunión de amigos en la que iban a celebrar la futura boda de dos de ellos. Al principio no quiso ir, pero quería tanto a los novios que tuvo que vencer su timidez y acudir al encuentro. Temía el momento en que los demás la vieran en persona, como si por ello fueran a descubrir algo que hasta entonces ignoraban. Si se lo hubieran dicho de otra persona habría asegurado sin pestañear que era una soberana tontería, pero al tratarse de sí misma el viaje se planteaba como un verdadero reto.

Ahora ya no puede escapar de esa cama cuando era precisamente de él de quien más deseaba escapar. El mero hecho de pensar en el fracaso la anula. Piensa constantemente en el fracaso porque lleva demasiado tiempo construyendo una fantasía que se sostiene sobre ideas ya desfasadas, cree que un caballero andante la va a rescatar de su monótona vida y le jurará amor eterno, amor de verdad, como el que se ve en las buenas películas hollywoodienses.

También maldice a su amiga, la novia, porque sabe que es precisamente ella la que lo ha metido en su habitación, en su cama. Aunque siempre lo ha negado, es consciente de que su amiga siempre ha sabido lo que siente por ese chico y hasta puede llegar a comprender los motivos que la llevaron a meterla en semejante encerrona. Sin embargo, y aunque agradece las molestias que su particular celestina se ha tomado, sigue pensando que no servirá para nada ya que él no la quiere y nunca lo hará, es obvio que nada puede cambiar eso.

Tan absorta está en sus pensamientos que no se da cuenta de lo que ocurre. Él abre los ojos, sonríe y se acerca poco a poco a ella para acabar besándola apasionadamente. Ella se estremece, no sabe cómo reaccionar, pero no tarda en darse cuenta de que, como en todo cuento de hadas que se precie, el valiente príncipe ha conseguido liberar a la princesa. Puede que ninguno de los dos pertenezca a la realeza, puede que en vez de una alta torre haya pura timidez y mucho miedo, pero lo cierto es que, en este punto de la historia, nuestra protagonista no es ni más ni menos que una bella durmiente o una Blancanieves al más puro estilo Disney y toda la lógica que esperaba encontrar se desvanece en un solo instante porque el amor es así, irracional, y no se puede entender de otra forma por mucho que te empeñes en lo contrario.

11 comentarios:

  1. Oh, qué romántico :D Me gusta cómo has ido desgranando los pensamientos de la chica y, sobre todo, el párrafo final^^
    Un besote,
    Mun

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  2. joder porqué nos comeremos tanto la cabeza en vez dejarnos llevar...

    Conclusión a la que llego: Somos tont@s.

    saludines

    Jara

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  3. Hola tocaya!

    A veces somos tan inseguros y nos analizamos tanto que ocurre eso...que pensar en el fracaso anula. Menos mal que al final sucese lo que sucede. Un relato en el que seguramente hayas puesto parte de ti misma y seguro que de otras muchas. Me ha gustado. Un besote! (no reeleo que luego me arrepiento y borro ^^)

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  4. Es la delicadeza con te atreves y la fuerza con que lo consigues xanina.Palabras que se van abriendo camino sobre el fragil suelo que pisan a lo largo de la lectura, temiendo que en algun momento sufran,huir o permanecer, redes invisibles que solo el amor verdadero tiene el poder de romperlas.
    Ve empezando a quitar los odiosos puntos suspensivos :)
    Genial xanina!
    Un abrazo!

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  5. Es que en asunto de amor al final todos tenemos las mismas inseguridades. Por suerte siempre hay una novia/amigo/perrito que te ladre que te da ese empujoncito que ahce falta.

    Un saludo,

    Pedro.

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  6. Qué de vueltas le damos al amor... hay que ver... cuando para nada es racional.

    Muy buena!!

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  7. Un relato precioso. Empieza con una increible de descripción de sentimientos, a mí es lo que más me ha gustado. El amor es irracional estoy de acuerdo.

    Besitos. :o

    Luz de Luna

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  8. Me gusta como has llevado la historia y aunque yo soy una persona muy segura de mi misma (o quizás por eso), admiro el comportamiento espaciado con el que se mueven tus personajes.
    Un abrazo y felicidades por regalarnos esta romántica historia.

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  9. Sí sí sí me ha gustado mucho la última frase del relato!! Cuánta razón tienes!! A mí me pasó lo que a la protagonista y es la caña cuando descrubres el pastel jajaja.

    Besillos!

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  10. Ha salido de la mejor manera, me ha encantado, es precioso. Y una vez mas nos muestra cuanto nos comemos la cabeza las peronas por cosas que son simples

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  11. Me merezco que me regañes... :'(
    Sí... me lo tengo muy merecido. Y es que, yo creo que sabías cuánto me iba a gustar. Dejando a un lado que me encante como escribes... esta historia es de esas que me gustan a mí!!! (No me lo niegues, que lo sabías de sobra!!!) :P
    Aún así... te voy a poner una pega (por finnnnnnnnn, jajaja): la prota, de princesita de Disney nada de nada maja, lo que es no es otra cosa que una AUTÉNTICA TONTACA como lo somos todas! ;)

    Un besito enormeeeeeeeeeee y mil perdones.

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