domingo, 4 de diciembre de 2011

Cuentacuentos (29)

¡Vuelven los CuentaCuentos! :)

Deseaba que fueras tú. Lo deseaba con toda mi alma. Había pensado en ello tantas veces que parecía demasiado bueno para ser verdad. De hecho, la realidad superaba todas mis expectativas, y eso no era precisamente fácil. Aunque hubiera intentado planearlo yo misma, no habría sido tan perfecto.

Llevaba meses soñando con ese momento, cada mañana me despertaba pensando en ello, pasaba horas y horas cada día imaginando cómo sería si ocurriera de verdad. Lo cierto es que se había convertido en una obsesión para mí, no podía pensar en nada más. Nadie me había hecho tanto daño en toda mi vida, y te odiaba, te odiaba tan profundamente que tan sólo desear tu muerte podía ayudarme a seguir adelante.

Esa tarde, cuando supe lo que había pasado, me sentí aliviada. Por fin había ocurrido lo que tanto anhelaba, por fin había conseguido librarme de ti, y ni siquiera tuve que hacerlo yo. Era como si, de alguna forma, el destino se hubiera apiadado de mí llevando a cabo mi venganza.

Me contaron que salías de la oficina y que, al cruzar la calle, un loco te había atropellado y se había dado a la fuga. Lo había imaginado tantas veces… Siempre volvías a casa antes que yo, y muchos días incluso me asomaba por la ventana deseando que ocurriera. Por desgracia, esa tarde no me asomé, tenía demasiado trabajo y me despisté. Es una pena, me habría encantado ser testigo de lo ocurrido.

A pesar de todo, necesitaba asegurarme, tenía que verlo por mí misma. Fui corriendo hacia el ascensor y pulsé el botón que me llevaría a la planta baja. Las puertas se cerraron y, de repente, sentí como me faltaba el aire. ¿Y si eras tú de verdad? Si tanto lo había deseado, ¿qué me pasaba ahora?

Resulta extraño contarte todo esto ahora que ya nada tiene remedio, ahora que no puedes oírme. Quiero que sepas que no te guardo rencor y que lo que pasó entre nosotros fue un enorme malentendido. Siento no haberme dado cuenta antes. De haberlo hecho, no habría fantaseado con tu muerte del modo en que lo hice y, probablemente, habría podido esquivar aquel coche. Supongo que ahora nunca lo sabremos, ¿verdad?

Más historias: http://www.elcuentacuentos.com

20 comentarios:

  1. Probablemente, que palabra tan triste en esta historia.

    ResponderEliminar
  2. Me ha dejado un poco extrañado el final... Porque en la historia pone que le atropellan al salir de la oficina y no se si es un giro lo del final, "habría podido esquivar aquel coche" o es simplemente un decir dentro del contexto. Sea como sea, me ha gustado, me lo imagino a mi manera... je. Saludos.
    Mundoyás

    ResponderEliminar
  3. ufff, el miedo a que lo que deseamos sea tan fuerte que es capaz de cambiar una vida... o quitarla. Buen relato! besineeeeees

    ResponderEliminar
  4. Pues sí, consternado me hallo. Un relato duro, de deseos fuertes y oscuros. ¿Qué había ocurrido para que le deseara la muerte? ¿Era él/ella? Creo que no lo sabremos...

    Un placer pasar a leerte!

    SdlH

    ResponderEliminar
  5. Me quedan preguntas en el aire... ¿por qué deseaba su muerte? Me parece que está muy bien contado, pero creo que se me escapa algún detalle: hacia el final da la sensación de que quien de verdad fallece es ella y no él "habría podido esquivar aquel coche".

    Besotes. Te leo.

    ResponderEliminar
  6. Deseos de venganza mezclados con el arrepentimiento. ¿Qué mejor cóctel para una historia?

    Un placer leerte esta semana :)

    ResponderEliminar
  7. Me ha gustado mucho, pero al final me he montado un lío, esa última frase hace que me confunda sobre quien fue finalmente el atropellado, ¿o es que ella iba a ver si le habían atropellado a él y resulta que la atropellan también? Quién sabe...

    Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores

    ResponderEliminar
  8. pues yo tengo la misma duda, no entiendo ese final.

    ResponderEliminar
  9. Xaninaa!! Por fin terminaste la hibernación :)

    Un relato de acción trepidante y que sucede a gran velocidad el paso de la vida a la muerte y viceversa. El odio da paso al deseo, de ahí al miedo y finalmente al arrepentimiento o venganza con su voz retumbando en el pequeño habitáculo del ascensor.

    Retornas con fuerza, como el Ovi que ya está en puestos de playoff :p

    Un abrazoo filo!

    ResponderEliminar
  10. Yo también me he quedado intrigada! estaba totalmente enganchada, pero al final no sé si había sido ella la que conducía, o es que se lo imaginaba!

    ResponderEliminar
  11. A veces sentimos tanto rencor que no nos damos cuenta de nuestras palabras, pero muchas veces, si se hicieran realidad hasta nosotros mismos nos asustaríamos del mal que habíamos deseado...

    Te dejo besos y polvo de Hada.

    ResponderEliminar
  12. Me pasó lo de Pistachita pero, es muy impactante el relato. Dicen que el amor y el odio están interrelacionados incluso biológicamente, son muy parecidos... y que por eso es tan fácil pasar del amor al odio y viceversa. Mucho debería haber pasado la protagonista para incluso desear eso. No pensaría eso... aunque la comprendo, a veces la venganza, puede saber rica.

    Un saludito :)

    ResponderEliminar
  13. Uff, a uno se le encoge el alma ante el destino. ¿Podríamos haberlo cambiado? ¿Es inevitable? Nos dejas reflexionando. Me gustó tu prosa.

    ResponderEliminar
  14. Lo he leído dos veces porque me pasaba como a algunos compañeros, que no entendía lo de que él, al principio, era atropellado y ella se enteraba por terceros y, al final, se da a entender que es ella la que conduce. Al final he entendido que ella es la que atropella, se da a la fuga, su fuero interno le dice que ojala ese peatón que acaba de atropellar fuera él, y finalmente, se lo confirman por la tarde. ¿Entendí bien? Si es así, al final me parece muuuuucho más malvada ella que él, porque al principio pensé que había malos tratos de por medio. Y ella: primero atropella a un peatón “x” y se da a la fuga. Segundo: fantasea con la muerte de otro por malos entendidos.

    Encantada de pasar por aquí y de que hayas conseguido que me devane un ratito los sesos jeje. Saludines.

    ResponderEliminar
  15. jajaja voy a tener que replantearme la historia para no dejaros con tantas dudas, ¿eh?

    Que cada uno piense lo que quiera, si quisiera que hubiera una única interpretación, lo habría dejado más claro, ¿no?

    Y muchas gracias por pasaros y comentar!!! :D

    ResponderEliminar
  16. Me gustaría que el personaje que narra hubiera mantenido su frialdad y rencor hasta el final, a pesar de la muerte, porque le aportaría mucho más interés. En cualquier caso, estupendo regreso :)

    ResponderEliminar
  17. Yo estoy con algunas deferencias de mis compañeros: la frase que confunde en que "(ella, creo) podría haber esquivado el coche". Pero también estoy con "Alguien": me hubiera gustado la serenidad del relato, la frialdad con el que lo empiezas, hasta el final. Me has hecho daño, sí; y por tanto yo te deseo lo mismo. Sin miramientos ni remordimientos.

    Un placer pasar por aquí, de nuevo.

    Hell.

    ResponderEliminar
  18. El tercer voto de la semana a favor de que la prota mantenga su odio y rencor ejej. Sí que le da un giro al asunto, pero ya puestos a que le confirmen que sí, que es él el atropellado, para qué cambiar. El desear la muerte a alguien es un deseo demasiado oscuro y poderoso!!

    Me ha gustado!

    Un beso,

    Aarón

    ResponderEliminar
  19. Los deseos suelen tener más fuerza de lo que acostumbramos a creer...qué se lo digan sino a ese atropellado! :D

    ResponderEliminar
  20. uuuuuuu que mal royo no??? a veces yo también me pongo a pensar si se cumpliera todo lo que imagino o por lo menos parte, pero creeme mis pensamientos son menos malignos xD jajajajaja
    bessos!

    ResponderEliminar