Frase del SdlH.
Las palabras llegaron, como si tal cosa, cuando dejó de buscarlas. Y eso que ya casi había perdido la esperanza después de tantos meses rebuscando por toda la habitación sin éxito alguno. Le parecía increíble, ¿dónde se habían metido? No hace tanto estaban ahí mismo, en el cajón del escritorio, donde siempre había echado mano de ellas. Luego pensó que, tal vez, las había dejado en la mesilla de noche junto a ese libro que había empezado hace meses y que, probablemente, nunca acabaría de leer. ¡Tenían que estar ahí! Seguramente se las habría olvidado alguna de esas noches en las que no podía dormir, en las que sus pensamientos iban demasiado rápido, en las que necesitaba algo que le diera sentido a todo lo que pasaba por su mente. Pero no, allí tampoco estaban. Ya no se le ocurría dónde mirar, ¿qué había hecho con sus palabras? ¿Cómo las pudo perder de esa manera? Revisó cada rincón de la habitación, cada cajón, cada estantería… ¡incluso debajo de la cama! Nada. Ya no estaban. Se habían ido. Llegó un día que se agobió tanto con la idea de no volver a tener sus preciadas palabras que casi no podía respirar, el mero hecho de pensar que no podría volver a usarlas como antes le superaba. Esa sensación se volvió tan real que tuvo que abrir la ventana para no ahogarse de verdad. Y ahí estaban sus palabras, esperando para entrar, impacientes ya después de tanto tiempo. Se sentó frente al ordenador y, como si no hubiese pasado el tiempo, empezó a escribir…
Creo que lo que cuentas habla más de lo que parece en un principio sobre cómo somos los escritores, que nos bloqueamos porque no nos da por abrir esa ventana. Besos,
ResponderEliminarBrian
La idea de guardarlas en un cajón es buenísima jaja te la copio para saber siempre dónde buscarlas.
ResponderEliminarBesos angelicales.
La peor pesadilla de cualquier escritor...
ResponderEliminarA veces nos resulta más ´difícil abrir una simple ventana que complicarnos la vida buscando lo que nunca encontraremos
ResponderEliminarbesines embrujados
Me encanta niña!!! Porque muchas ceces me he sentido así y las he encontrado en el lugar más insospechado, cuando ya había dado por infructuosa la búsqueda, y cada vez que las he "reencontrado" me abrazaba a ellas prometiendo que no volvería a abandonarlas así... Pero las situaciones de la vida muchas otras veces, me han echo incumplir esa promesa, aunque ahora creo que he decidido no dejar que la vida me obligue a darles de nuevo la espalda...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, y me alegro que hayas podido publicar!!
Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.
Recuerdo que al año pasado me pasó algo así y recuerdo que me dio una rabia horrible porque era la primera vez que me pasaba, que no podía escribir porque no tenía palabras...
ResponderEliminarEs una sensación tan mala y tú la has contado muy bien.
Un besito Atenea, me alegro de volver a leerte
No se habían ido, se las había llevado un gélido viendo al norte del norte y estaban congeladas.
ResponderEliminarPero es ponerte a escribir y van saliendo.
Bienvenida xanina \=/
y sí, si que ha pasado el tiempo!
ey, qué chulo. al ser así, tan cortito y tal, pensaba que iba a ser otra cosa, no sé me ha sorprendido: breve, bonito y autoconclusivo.
ResponderEliminarun placer verte de nuevo Atenea.
un besazo.