Frase de Patricia.
La habitación del deseo, ahí es a donde me dirigía aquella tarde. La llamábamos así porque era lo mejor para todos, porque nadie sospecharía lo que de verdad ocurría en esa habitación. La gente pensaba mal, claro que lo hacían, y no podían evitar reírse cuando nos veían entrar y salir, pero esa era nuestra tapadera y estábamos bien allí, así que pronto dejó de importarnos.
Hubo un tiempo en el que no hacían falta lugares como esa habitación. Podías hacer prácticamente cualquier cosa cuando y donde quisieras. Resulta que sí es cierto eso que dicen, no valoramos realmente lo que tenemos hasta que lo perdemos. Y, aunque ahora parece algo increíble, no hace tanto tiempo podíamos incluso reunirnos sin miedo a ser descubiertos, no había nada malo en ello. Es más, a la gente le parecía hasta interesante lo que hacíamos, aunque muchos no lograran entenderlo.
Como cada lunes, esa tarde salí de casa con un paquete en mis manos y con un solo destino en mente: esa habitación. Por supuesto, tenía que asegurarme de que nadie me seguía o perderíamos inmediatamente todo lo que hasta entonces habíamos conseguido. Por eso, recorría media ciudad para ir a un edificio que estaba tan sólo a unas calles de mi propia casa. No podía dejar que nadie me relacionara con ese lugar, lo perdería todo y, lo que es peor, pondría a demasiada gente en peligro.
Aquella tarde me encontré con un par de conocidos, lo que hizo que me retrasara más de lo habitual. Cuando tienes tanto miedo a ser descubierto no corres ningún riesgo, todo está más que pensado y calculado. Por eso, cuando me encuentro con alguien que creo que puede delatarme o que simplemente puede recordar que me vio en esa zona, me alejo de allí con cualquier excusa.
Después de dar vueltas y vueltas por aquella inmensa ciudad, llegué a la puerta del edificio. La habitación del deseo era lo que se podía leer en un cartelito situado al lado del timbre correspondiente al quinto derecha. Sin pensármelo demasiado, llamé. No podía dejar que nadie me viera allí después de haberme tomado tantas molestias para pasar desapercibida. Tenía que dar una contraseña para acceder al piso al que me dirigía. Pero cuando al fin lo hice empecé a sentirme un poco más segura.
- ¿No llegas un poco tarde hoy?
- Sí, lo sé. Es que me he encontrado con…
- No te habrá seguido nadie, ¿no?
- No no, tranquilo. Sabes que nunca vendría si pudieran descubrirnos.
- Lo sé, lo sé. Lo siento... es que estamos un poco nerviosos… bueno, ya sabes, están investigando demasiado últimamente. Tú ten cuidado por ahí ¿eh?
- Lo tendré, no te preocupes.
- ¿Lo has traído?
- Claro, toma – y le entregué el paquete que había llevado conmigo toda la tarde.
- Vale, aquí tienes el tuyo – y me entregó un paquete parecido, aunque a simple vista parecía algo más grande -. Nos vemos pronto.
- Eso espero.
- Y yo, hasta luego. Y ten mucho cuidado por favor.
- Lo mismo te digo - y salí de allí tan sigilosamente como había entrado.
De camino a casa, recordaba cómo habíamos llegado a esa situación. Un día, iba escuchando la radio en mi coche cuando una noticia hizo que me diera un vuelco el corazón. Al parecer, un nuevo gobierno salido como de la nada había llegado demasiado lejos con su política de prohibiciones. No sabría explicar cómo me sentí en ese momento, pero sólo de pensar en lo que me esperaba se me heló la sangre. No entendía nada, ¿es que a partir de ahora no íbamos a poder soñar?
Desde entonces, traficábamos con libros y se organizaban exposiciones, obras de teatro o conciertos clandestinos siempre que se podía. Está claro que al gobierno no le interesaba que la gente pensara, en realidad no le interesaba que hiciéramos nada que ellos no controlaran. Aunque eso lo descubrimos demasiado tarde, cuando la mayoría de la gente ya ni recordaba lo que era la imaginación, la creatividad o el mero hecho de pensar por sí mismos. Eso era lo que más nos dolía, el tener que fingir que éramos como los demás, el simular que todo estaba bien tal y como dictaban las normas del restrictivo nuevo gobierno.
Estaba perdida entre todos mis recuerdos cuando llegué a mi casa, al único lugar donde me sentía realmente segura. Sabía que eso no duraría mucho, sabía que no tardarían en controlarlo todo, incluso lo que pasaba en nuestras propias casas. Pero me daba igual, no quería renunciar a lo que me daba tantas alegrías, ni siquiera creía que debía hacerlo. Todo parecía todavía más valioso desde que estaba prohibido, sobre todo cuando eso era lo único que animaba nuestras tristes y aburridas vidas.
Era ya muy tarde pero no pude evitar la tentación y abrí el paquete. Una enorme sonrisa apareció en mi rostro nada más descubrir su contenido. Había merecido la pena el riesgo porque lo que había en ese paquete me permitiría ser un poquito más feliz una semana más. Me fui a la cama para no retrasar más ese esperado momento de leer la primera de las historias que alguno de mis compañeros había escrito durante la semana. Y así, soñando con mundos increíbles y otros igual no tanto pero igual de apasionantes, me quedé dormida como cada noche.
Imagen: conlosochosentidos.blogspot.com
Más historias: http://www.elcuentacuentos.com/
Genial!!!
ResponderEliminar(Por cierto, me ha encantado la imagen)
Ais, que nunca, nunca, nunca llegue a pasar algo tan horrible como eso...
Muy bien relatada la historia.
Salu2
Crear un mundo imposible e infernal par criticar al nuestro desde él es una de las claves para la buena ciencia ficción, género que me gusta más que chuparme los dedos. Gracias por tu comentario y un beso, eso si, escrito en el pseudolibro de una pantalla de PC
ResponderEliminarSimplemente genial. Ésta semana has escrito algo muy muy bueno y me has llegado muy dentro.
ResponderEliminarEsperemos que la vida nunca nos lleve por esos caminos tan difusos y que nuestros gobiernos no se atrevan a cercenar las alas de los sueños como ha ocurrido tristemente en tantos y tantos países a lo largo de la historia entre los que incluyo a España.
Simplemente te doy el 10 ésta semana.
Un abrazo
0_o
ResponderEliminarHas visto? Menuda desfachatez!! Mi compi de esta semana te ha dado el 10!!! ¿Se te ha olvidado decirle que eso ya lo tengo yo patentado? Jooolin... ¡¡ya te vale niña!! ;)
Genial, sí... sencillamente genial, como siempre. Porque tú lo haces muy sencillo de leer y muy fácil de que llegue a los que te leemos.
Y ahora yo me pregunto una cosa... este verano, sin exámenes y demás, duarante una semanita descansada y sin ajetreos... ¿podríamos escribir juntas tú y yo? Te lo piensas y me dices algo, ¿vale?
Mil besotes, mil aplausos y... UN 11,5 que te doy yo!! Anda que no! jejeje
Que buena!!! Me has mantenido con la intriga intrigadísima todo el relato, tal y como pretendías y la verdad es que me ha sorprendido el motivo por el cual esas medidas y ese secretismo. Pensé que sería algo más macabro jejeje todo hay que decirlo. Pues vaya putada que prohíban hasta leer o escribir libros. Hombre yo creo que eso es imposible que ocurra, no imagino un gobierno que prohíba ni la lectura ni la escritura, sobre todo porque la historia del hombre se conoce en gran parte debido a los libros, a la creatividad y a la imaginación!!
ResponderEliminarPues me ha gustado mucho, pero claro como cada semana, ya vengo predispuesto, pues sé que me va a encantar lo que escribas. Cada semana me gusta más venir por aquí!!
Un abrazo!
Pues primero darte mi enhorabuena!! porque desde luego que la intriga la sabes mantener estupendamente. Imaginé que no será nada turbio desde el principio pero tampoco imaginaba ese final!
ResponderEliminarMe ha encantado de verdad!
Muy bien relatada. Engancha desde el minuto 0!
Muchos besos
Jara
Nooooooooooooooooooooooo!!! con la imaginacion no!!!!! por que???????? ains, que horror un mundo sin libros y sin fotos y sin nada de eso que me alegra los dias, jo, no quierooooo!!! pero la historia genial, transmite mucho muchos bessos!!
ResponderEliminarGenial es poco. A mi me ha encantando y por otra parte no pondría la mano en el fuego de que algún dia lleguemos a esa situacion. Salu2.
ResponderEliminarNuestro mundo real es un poco así también... sin que haya leyes que nos digan o nos dejen de decir... La presión social, cómo te miren o lo que vayan a decir a veces pesa incluso más...
ResponderEliminarEs asqueroso...
Pero bueno, al menos unos pocos nos reunimos cada semana a contarnos nuestros cuentitos, no??
Bonito relato, esperanzador...
y la imagen, muy conseguida.
1saludo,
Darka.
Genial, intrigante y esperanzador. ¡¡¡Bravo!!! Esta semana te has superado y eso que siempre me gusta lo que escribes y no creas que es tanta ficción, porque la mayoría, entre televisión basura y chafardeo, no leen ni las propagandas de Alcampo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y justo son las 3, el nº de las tres sílabas Cha peau Cris!!
ResponderEliminarAsí que no besaste la tierra na mas pisar Oviedo?? :) Bueno hiciste bien, porque ya se puede estar preparando Ovi como de aquí a nada no te apruebe pero ya!!!
Preciosa historia! A ti te va el estar bajo presión ehh? La forma en que describes sin desvelar nada como si de caminar por estrecho camino junto al acantilado se tratase, manteniéndonos con la emoción en vilo hasta descubrir toda la dulzura que acontecía, la supervivencia de la cultura, de la libertad, de la imaginación ante el ruido del cañón sabiamente burlado. Cuanta razón tienes en que no se aprecia el valor de la libertad hasta que se pierde.
Te recomiendo una peli "Rebeldes del swing" que de alguna forma enfoca esa lucha frente a la tiranía. Una tiranía, en este caso la de los exámenes que será vencida por tu coraje xanina, y ve aprendiendo finés!!
Miraré al norte ah y destrocé el clik dichoso :p
Un abrazoo!! Animoooo!!
¡Los cuentistas salvarán el mundo! Me ha encantado la idea. Realmente no parece que algo así pueda pasar en la realidad... pero nunca se sabe.En cualquier caso me gusta la carga de crítica que tiene tu cuento de esta semana, y es que al fin y al cabo hya gobiernos que preferrrían que no pensaramos.
ResponderEliminarUn abrazo,
Pedro.
Espero que nunca lleguemos a nada parecido ^^ Me ha gustado un monton, está muy bien escrito y mantienes la intriga en todo momento. La imagen le va como anillo al dedo. Un besote!
ResponderEliminar¡Qué sencillo escribes y cuanto llegas a transmitir!
ResponderEliminarEl día que nos prohiban leer, escribir, pensar, soñar.... ese día muchos moriremos, pero seguro que lucharemos para que nunca llegue a suceder. La libertad es lo único que no nos pueden arrebatar.
Besos.
vaya atenea, de los mejores relatos de esta semana sin duda.
ResponderEliminaruna idea muy buena, que has sabido desarrollar a la perfección.
hay mucha dulzura y espontaneidad en tus letras, no sé si te has dado cuenta.
un besito pequeña ^^
Pero que cosa más bonita! no me extraña que te hayan recomendado tanto esta semana.
ResponderEliminarTu cuento lo tiene todo; originalidad, dulzura, crítica, misterio, intriga...Y todo esto mezclado como solo tú sabes hacerlo no puede tener mejor resultado :)
Increíble
Un beso
PD. ánimo con esos exámenes, que ya se acaban, piensa que el año que viene los estarás haciendo desde Finlandia que eso para mí es todo un estímulo!! (Bueno cambiando Finlandia por Suiza claro :P)
Buf! espero que jamás pase eso, escondernos, no poder leer...pero lo cierto es que me has dejado con la intriga hasta el final...y sobre todo es el final lo que más me ha gustado! Genial y genial otra vez...
ResponderEliminarBesotes
me acuerdo de esta historia, claro que sí :)
ResponderEliminarpd: gracias por el comentario. Hay 4 historias más sobre Lucas por si te apetece en un ratillo pasarte. si te gustó esa estoy segura que las otras también.
1 besote
Pues yo no la recuerdo, porque no la había leído. Me parece formidable tanto el argumento como la forma de arrarlo. Como dice Carlos: Chapeau!!!
ResponderEliminarEn realidad, este relato me ha hecho pensar en los días de cambio que tenemos ahora. Es posible que la gran mayoría de los artistas, sean escritores, dibujantes, trapecistas... se desvinculen tanto del lado derecho de la política? Será que los 40 años que estuvimos con el "tito Paco" hicieron reflexionar sobre la idea de tu relato??? Inhabilitar a los librepensadores es una tasca que les queda muy grande a la antigua derecha de cualquier país de Europa. Y, aunque la base de tu relato sea una simple utopía, que esperemos que nunca se cumpla, recemos para que, ni siquiera, hagan un atisbo de intentarlo.
Y con este tostón y un buen bizcocho, te he devuelto los 4 comentarios que me has dejado en mis sendos relatos.
Nena... un culín pa ti también, cagon Ros!!! Jajaja
Besos.
Hell.