martes, 27 de diciembre de 2011

Cuentacuentos (32)

Frase de Mundoyás.

Había luces tenues detrás de la puerta, que parecía entreabierta. Lo sabía porque había clavado sus ojos ahí, esperando poder escapar. Sin embargo, algo se lo impedía, no podía moverse ni hablar, estaba demasiado asustada. ¿Cómo había llegado allí?

Intentó rebuscar en su memoria algún detalle que pudiera explicar qué hacía en aquella oscura habitación. Repasó mentalmente lo que había hecho ese día con la esperanza de poder explicar su situación. Se había levantado temprano, como cada mañana, para ir a la oficina. Recordaba llegar al trabajo y sentarse frente al ordenador como todos los días. Nada parecía distinto, no comprendía qué había pasado.

Apenas habían transcurrido unos segundos desde que se percató de que estaba en ese cuarto, pero sentía que el tiempo se había parado para ella. En ese instante, se dio cuenta de que no era el miedo lo que la paralizaba. Alguien la tenía agarrada de la cintura fuertemente con su brazo derecho, por eso no podía moverse. Intentó gritar, pero esa misma persona apretaba con más fuerza si cabe su mano izquierda contra su boca. ¿Por qué estaba allí?

Un disparo. Sí, recordaba haber oído un disparo pero no lo que había pasado desde entonces. Empezó a preguntarse si eso era todo, si en cualquier momento otro disparo acabaría con su vida. Desde luego esa no era la idea que tenía en mente cuando decidió mudarse a esa ciudad.

“Shhh” ¿Por qué la mandaba callar? Si por más que lo intentaba no podía gritar, ¿qué sentido tenía pedir su silencio? Lo único que quería ahora es que, pasara lo que pasara, fuera rápido. No soportaba más la incertidumbre, quería que acabara ya. Deseó morir, sí, morir rápidamente para no seguir sintiendo lo que sentía.

Pensaba y pensaba, y cuanto más lo hacía, peor se sentía. Sabía que nadie la echaría en falta hasta que fuera demasiado tarde. Estaba segura, pues llevaba tres meses trabajando en esa oficina y no había hecho ni un solo amigo. Ni siquiera había conseguido una triste conversación frente a la máquina de café con ese chico que miraba embobada media mañana, mientras se supone que redactaba informes y revisaba facturas.

Oyó otro disparo, sólo que ahora no era un recuerdo y sonó realmente cerca. Notó como su captor la soltó rápidamente y la empujó hacia una esquina de la habitación, justo detrás de la puerta. Se giró, y lo único que vio fueron los ojos del hombre de sus sueños cerrarse, una herida de bala tras su hombro derecho y un enorme charco de sangre inundándolo todo.

Más historias: http://www.elcuentacuentos.com

8 comentarios:

  1. Hay una cosa de tu relato que me ha llamado especialmente la atención: lo confuso que resulta. A priori, podría parecer un punto negativo pero, sin embargo, opino todo lo contrario. Creo que es la clave, esa confusión consigue que el lector sienta exactamente lo que la protagonista del relato siente. Y es lo que hace que, paradójicamente, todo cobre sentido.

    ;)

    ResponderEliminar
  2. Estoy con Sara, yo también tenía esa sensación y me resultaba además pelín lento al comienzo. No obstante, ambos aspectos juegan a favor de la historia.

    Me ha gustado. Besotes.

    ResponderEliminar
  3. Yo creo que lo Sara y sechat se refiere es que a lo mejor la sensación de intriga con la de pánico da la sensación de confusión. Sea como fuere, a mi me ha gustado. Lo malo el amor que se rompe en tu historia.

    ResponderEliminar
  4. Jo, por qué tiene que perder al hombre de sus sueños cuando ya lo había encontrado, snifff :'( No te perdono que te lo hayas cargado. Por lo demás, me gusta ese ambiente confuso que pone muy bien en situación :).

    P.D.: ¿En serio has estado en Laponia?, ¿Hace frío? xDD, ná no me hagas caso, es un chiste malo sobre una canción infantil de mis recuerdos.

    P.D.2: Obviamente ya sabía que los renos no son carnívoros, pero la historia me pedía a gritos modificar ese pequeño detalle y por eso me permití la licencia :D. Gracias, guapa!

    ResponderEliminar
  5. Gira, a la velocidad que marca tu narración, el escenario alrededor del tiempo. Así me llega tu relato, a través de sus ojos, y al mismo tiempo a través de su pensamiento, de su intento por hallar un por qué, no solo a la situación violenta por la que pasa, sino a su existencia.

    Me ha encantado xanina, un abrazo!

    ResponderEliminar
  6. Me encanta la manera de hacer de un relato un instante frenético pero masticable a la par. Donde todo ocurre en un abrir y cerrar de ojos, y la verdad se desvela a la velocidad contraria.
    Estoy de acuerdo en que fuera él, porque es imposible romper un amor que no se ha creado.

    Venga, va... un culín de Feliz Navidad, oki??? :)
    Y un besín también!

    Hell.

    ResponderEliminar
  7. ¡Qué triste! pero, fue raro, porque esa sensación de confusión, de la que he visto que hablan los demás, yo también la sentí. Es como que tú sintieras lo que siente la protagonista, un realismo increíble y mola. Te doy la enhorabuena. También me ha gustado :)

    Feliz Año Nuevo :)

    ResponderEliminar
  8. y que finalmente el hombre al que ella tanto miraba, no trataba de hacerle daño, sino que trataba de defenderla... Tú me decías que no me perdonarías que hubiera entregado a Farah a otros brazos, no yo te perdono que tu protagonista no haya llegado a probar el amor.

    Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

    ResponderEliminar